¡Alerta máxima! llegan ‘carabelas
portuguesas’
Los temporales traen a la costa de Andalucía una falsa medusa muy
peligrosa
Por Juan Enrique Gómez y Merche S. Calle / Waste Magazine
Brilla sobre la arena de la playa, irradia destellos azulados,
morados y rojos mientras se infla con el viento que le confiere
una forma fálica. Se le conoce como carabela o fragata portuguesa,
falsa medusa o globo azul (Physalia physalis), que aunque
habitualmente se le confunde con una medusa, en realidad es
una colonia de hidrozoos que pueden inyectar toxinas que, en
determinadas circunstancias, pueden resultar mortales para el
hombre. Esta falsa medusa, muy poco habitual en aguas del
Mediterráneo, ha sido detectada en las playas del litoral de
Alborán, desde Cádiz a Almería, sobre todo en playas expuestas a
los vientos de poniente.
Han llegado flotando sobre las fuertes corrientes y el oleaje, de
hasta seis metros de altura que se ha registrado en la última
semana en toda la costa andaluza, hasta quedar depositadas en la
arena. Los vecinos y visitantes de estas playas se sorprendían por
la presencia de globos azulados en la arena con formas que
recordaban preservativos inflados, pero con una textura y una
aglomeración de filamentos en forma de tentáculos que les ha hecho
pensar que se trataba de una medusa. Hay que tener la máxima
precaución, ya que
Physalia physalis está considerada como
una de las especies de invertebrados marinos más peligrosas para
el hombre. Los tentáculos, que pueden llegar a medir hasta 30
metros de longitud, finos y pegajosos, están plagados de
organismos que tienen como misión paralizar a las presas (pequeños
peces y plancton) que servirán de alimento a la colonia que
constituye la carabela portuguesa. El veneno se inocula al
contacto con la presa, o en el caso del hombre, al tocar la piel.
Produce una inmediata quemazón parecida a la picadura de las
medusas habituales en las costas granadinas (
Pelagia noctiluca),
pero su capacidad tóxica es mucho mayor, por lo que puede llegar a
producir vómitos, debilidad y en personas con problemas
cardiovasculares, paralizar el corazón. Es especialmente peligrosa
para los niños, ya que poseen menos capacidad de reacción ante la
toxina de la falsa medusa, que provoca un dolor muy intenso e
incluso alucinaciones. Ante una picadura es imprescindible ir de
inmediato a un centro médico. Hay que tener mucho cuidado porque
aunque parezcan muertas o secas (fuera del agua y a causa del sol
pueden endurecerse) los filamentos tóxicos de sus tentáculos
pueden seguir activos.
Aunque es en esta época cuando suelen verse en las costas de
Andalucía oriental, no se pueden considerar como una plaga, ya que
aunque en alta mar pueden encontrarse en grupos muy numerosos, la
cantidad que llega a las playas suele ser mínima. Tienen que darse
circunstancias como las actuales, es decir fuertes vientos de
poniente y muy continuados, con mar de fondo, para que las que
queden varadas en la arena sean más que algún que otro ejemplar
solitario. Vecinos de Motril dicen haber visto tres carabelas en
el mismo momento en menos de 30 metros lineales de playa. En La
Rábita eran detectadas solo dos en la totalidad de la playa. Hay
que tener cuenta que la marea, al igual que las deposita en la
arena, se las lleva mar adentro.
Tras los temporales es posible encontrar otros organismos en las
playas que la gente confunde, es el caso de
Velella velella,
llamada velero, también es una colonia de hidrozoos como la
carabela portuguesa, pero no es tóxica, por lo que se recomienda
que se les deje nadar sobre la corriente, como a las aguas malas,
las grandes medusas blancas que los visitantes de las playas
apalean y destrozan creyendo que son peligrosas, cuando su
toxicidad es mínima.